jueves, 13 de mayo de 2010

Si te lo tengo que explicar,
es que no lo vas a entender

¿Que por qué estaba tan nervioso? Faltaban unas 6 horas para la final de Hamburgo. Me limité a sacudir la cabeza, no vale la pena tratar de explicar lo que se siente siendo atlético. Tampoco es fácil entender que no quisiera salir a celebrar el título, que prefiriera quedarme saboreando el momento tan esperado.

Y ha sido Diego Forlán el que ha izado la bandera rojiblanca para que la vea toda Europa, guinda del trabajo de un grupo que ha vuelto a creer en ellos y que nos han hecho recordar que ser del Atleti, lleva el sufrimiento implícito, pero significa también ganar.


Esta imagen me toca la fibra sensible, ver la reacción de Hangeland y Schwarzer, a un suspiro de los penalties, cómo el momento de su vida se les escurre entre los dedos... que Diego fuese a consolar a los jugadores ingleses al terminar el partido demuestra que es tan magnífico jugador como persona.

Han sido cuatro goles a los equipos ingleses, da que pensar. Y da que pensar porque la prensa británica, remitiéndose a sus cifras con el ManU, recuerda cómo fracasó en Old Trafford. Debo añadir que su ética de trabajo le hizo ganarse el aprecio de la afición, por muy mal que fueran las cosas, aunque quizás tuvieran algo que ver sus goles (recientes y pretéritos) en Anfield... Pero volvamos a Hamburgo, un gol para la historia.



Hoy es día de celebraciones y alegría, pero también es el momento para comenzar la reflexión y el urgente refuerzo de la plantilla. Hay jugadores que ya han cumplido su ciclo como colchoneros pero que, hasta que no acabe la campaña, no debemos señalar. Lo que sí nos debe quedar claro es que nuestro puesto en liga no puede ignorarse y que un año así no debe repetirse. Ya no.

Han pasado catorce años desde el Doblete, diez desde el descenso. Ahora sí que hemos abandonado el Infierno.

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