
Junto a Konstructos, estaba Argentas, un guerrero retirado y que como general no demostró gran cosa: el momento más bajo de la ciudad fue bajo su mando y se tardaron varios años en recuperar parte del esplendor. No obstante, era el consejero principal, y se cantaron poemas para recordar su única victoria y que había hallado un gran héroe entre los cachorros de la ciudad.
No conforme con acabar con la deuda, se lanzó a contratar a los mejores guerreros disponibles para su ejército... o por lo menos, para los que glosaban sus gestas, porque los ejércitos de esa ciudad ya imperaban en el Atica antes de la llegada de los mercenarios.
Con el tiempo, en el ágora de Markas se seguían vendiendo los grandes logros de los ejércitos de Konstructos, que tenía a Forestos como general mientras Ferros lideraba en el campo de batalla. Pero el señor de la ciudad estaba harto de la humildad de su general, que no correspondía a lo que se esperaba de los dioses del Olimpo. En una noche trágica, Forestos fue decapitado mientras Ferros abandonaba la ciudad en una nave rumbo a las Islas de Estaño.

Parsaron varios años y la ciudad se recuperó, no volvió a domeñar, pero era con frecuencia considerada entre las primeras de las polis bajo el gobierno de Kalderos. Cuando la prosperidad parecía regresar, Konstructos, en su ambición, se dirigió a sus amigos del ágora. Se empezaron a destapar presuntas decisiones desastrosas, mercenarios innecesarios reclutados... todo valía para acabar con Kalderos, hasta que terminó por abandonar el mando. Para más inri, la vieja ciudad rival logró la supremacía... se le contó a los ciudadanos qué grandes fueron los tiempos de Konstructos, que volverían los héroes olímpicos...
...y Konstructos fue elegido por aclamación. Lo primero que hizo fue recuperar a Argentas como su consejero para, a continuación, secar las arcas de la ciudad contratando los guerreros más renombrados, los más cantados. Argentas puso al frente a un buen general que había logrado algunos logros, Nomadas, y despidió a varios soldados de los que pensaba que no daban la talla.
Pero las cosas no terminaron de salir, una humilde aldea derrotó a los orgullosos ejércitos de la polis, mientras que en la primera gran batalla panhelénica cayeron a manos de una ciudad menor. Los olímpicos se motraban muy terrenales, no más brillantes que los ilotas y los ciudadanos empezaban a murmurar. Los héroes rechazados de la polis, curiosamente, vencieron en diversas batallas y dominaron la Hélade. En el ágora se señalaba a Nomadas como el culpable de todo, el que impedía que Kosntructos lograse la primacía de la ciudad... y fue decapitado.

DELICIOSO ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
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