domingo, 15 de mayo de 2011

Pompas de jabón

Los Hammers han descendido. Dicho así, no parece una cosa llamativa, todos los años descienden tres equipos de la Premier y no por ello es un drama. Pero el descenso del West Ham United sí es especial. Hablamos de "The Academy", la tierra de la que brotaron jugadores como Bobby Moore, Geoff Hurst y Martin Peters, protagonistas del título mundial en el 66, Trevor Brooking, Tony Cottee, Paul Ince y los más recientes Joe Cole, Frank Lampard, Rio Ferdinand...

Un descenso no se produce porque sí, se lo han ganado a pulso. Su defensa hace años que es un coladero, Anton Ferdinand y Matthew Upson son lo más destacado en estos siete últimos años en la Premier, lo cual no es decir mucho, la verdad. Y es esa fragilidad defensiva la que ha llevado al club a flirtear año tras año con las posiciones del drama, pero se ha propiciado desde arriba, desde una gestión desastrosa.

En 2006, un consorcio islandés liderado por Eggert Magnússon adquirió el West Ham y ficharon a dos jugadores argentinos, Tévez y Mascherano, que resultarían cruciales en la milagrosa salvación de los Hammers al lograr siete victorias en los últimos nueve partidos, entre las que hay que destacar las conseguidas sobre Arsenal y Manchester United, ésta última en Old Trafford en la última jornada.



La trascendencia de estos fichajes llegó más allá, ya que se descubrió una irregularidad contable y se sancionó a los de Londres con 5,5 millones de libras, un golpe muy duro para un club en permanentes problemas financieros. Y diéronse con un canto en los dientes, puesto que varios implicados en aquel descenso reclamaban una sanción de puntos.

La crisis financiera golpeó de lleno en la línea de flotación de los de Upton Park, y es que la bancarrota islandesa llevó primero a dejar sin fondos disponibles y después a una venta de urgencia. Los nuevos propietarios, Gold y Sullivan, advierten que la situación económica es dramática, con unas pérdidas estimadas de 40 millones de libras como consecuencia del descenso. Y lo que es más grave, no hay garantías que cubran las deudas.

Porque el descenso se ha consumado en el campo, sí, pero se ha fraguado en los despachos, con una política de fichajes muy marcada por la deuda y la incapacidad de los directivos, con entrenadores que, o bien han demostrado su falta de talento o bien no les han proporcionado los refuerzos para ello porque, por muy buena que sea, hace falta algo más que cantera para competir en la Premier.

No habrán logrado los grandes éxitos deportivos de sus adinerados vecinos, aunque tienen en sus vitrinas la Recopa del 65, tres FA Cups y una Charity Shield... pero pueden mirarles por encima del hombro porque The Academy aporta mucho más al fútbol. Su sitio es la Premier y ojalá les veamos de vuelta pronto. Mientras, les esperaremos haciendo pompas de jabón.



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